SOCIALES

 ¿Cual es el impacto que tiene la gastronomía en la cultura colombiana?





La gastronomía tiene mucho que ver con la cultura de cada pueblo. Pero antes miremos un poco mas sobre que es en sí una cultura.
La cultura es un conjunto muy complejo de creencias, costumbres, arte, moral y otras capacidades o hábitos adquiridos en una sociedad. Cada uno de nosotros nos identificamos con una cultura ya que esta garantiza nuestra permanencia, haciéndonos sentir que es una identidad personal  pues representa las tradiciones, formas de pensar y actuar, pero sobre todo a adoptar un sentido de pertenencia. Además nos diferencia de demás culturas y pueblos ya que construye las propias representaciones culturales de acuerdo a las preferencias, intereses, miedos e inquietudes, adoptando unas costumbres y tradiciones que han sido transmitidas por generaciones anteriores.
Es por esto que decimos que la gastronomía forma parte del bagaje cultural de los pueblos. Pues a través de esta se puede conocer mucho de un pueblo. Te da información de sus costumbres, su riqueza de ingredientes, su antigüedad, su aprovechamiento de los recursos locales y hasta de la forma en que se relaciona con otras culturas.


 “El impacto Social de la Gastronomía”

 La gastronomía tiene poco que ver con el simple hecho de llenar el estómago, de lo contrario el dinero que se ha gastado en comprar un libro se habría utilizado para comprar pan y tocino. Sin embargo, miremos un poco la importancia que tiene la gastronomía como expresión cultural puntual del momento concreto en que vive una sociedad; podemos decir que la gastronomía, no es sólo el estudio de la cocina sino también de las costumbres dietéticas, alimentarias, vinícolas, etc., nos dice de forma directa, puntual, incluso cruel y descarnada, cómo era la cultura de una civilización, cómo vivían los cortesanos y los vasallos. En las épocas de esplendor de la humanidad la comida era refinada y abundante para todos, en los periodos de oscurantismo, rala y soez.

Estudiando nuestro tiempo a través de la gastronomía, vemos un resumen bastante real de lo que en realidad estamos viviendo: Caída en picado, casi desaparición, de la cocina familiar como consecuencia de la incorporación de la mujer al mercado laboral. Súper abundancia de alimentos manufacturados en los países desarrollados producto del éxito arrollador de su industrialización. Deterioro del cuerpo debido al abuso de productos híper  elaborados con la consiguiente plaga de enfermedades llamadas ‘de ricos’ (hipertensión, gota, colesterol, infartos, cirrosis, etc.).
Lastimosamente esta sociedad engulle grandes cantidades de alimentos sin el menor sentido, a todas horas, sin cuestionarse lo que hay detrás de cada paquete multicolor de hamburguesa, snacks, o bollos dulces. Esta conducta desordenada está provocando efectos trágicos, como el alarmante número de muertes por enfermedades cardiovasculares. Si contemplamos la alimentación fuera de nuestro entorno, vemos un impresionante desequilibrio social entre los países desarrollados y los pobres. Otro fenómeno a destacar es el interés creciente por la gastronomía en las sociedades más avanzadas, tanto en su vertiente de ocio en la que se ve a jóvenes ejecutivos haciendo cursos acelerados sobre la cultura del vino y la mesa para poder equipararse a los más adultos, como en la estrictamente nutricional donde incluso personas sin formación universitaria se informan sobre los contenidos en hidratos de carbono, calorías, colesterol, etc. de los productos alimenticios.

  La gastronomía es uno de los principales temas de interés social, como se refleja en los medios de comunicación que cada vez le dedican espacios más especializados y extensos. Ajustando más el catalejo a lo que es concretamente la buena mesa, la cocina gourmet, observamos como en las últimas décadas los cocineros más progresistas, los que marcan las pautas del futuro, preparan recetas cada vez más sanas, más ligeras, con menos salsas y grasas, buscando respetar al máximo las vitaminas de los vegetales, los sabores, aromas y hasta texturas primarias de las materias que cocinan. Ya no hay hambre, al contrario lo que hay es saturación, y por eso se paga más por una lechuga que por un trozo de tocino, algo inconcebible hasta hace medio siglo pero que ilustra bastante bien lo que ha dado de sí esta época. El hombre ha llegado a la luna, nose para qué, pero el caso es que ha llegado.
Ahora bien, hablemos un poco sobre lo que es la antropología alimentaria para dejar mas en claro este tema.

Antropología alimentaria:

Es el abordaje de la alimentación como hecho social o, si se quiere, el análisis social de la alimentación.
La antropología alimentaria analiza la alimentación como un proceso sociocultural, advirtiendo en ella la división clasista de la sociedad, la construcción social del gusto y la reproducción de sus representaciones
“La alimentación es una práctica totalmente oscura porque es algo que hacemos todos los días, parece natural y es a través de ella que una sociedad se reproduce física, social y simbólicamente”, advierte la antropóloga Patricia Aguirre, integrante del Departamento de Nutrición del Ministerio de Salud de la Nación e investigadora del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín.
Los antropólogos de la alimentación estudian qué es lo que hace que del infinito arco de comestibles para un omnívoro como somos nosotros, en diferentes culturas, en diferentes tiempos, y en diferentes geografías, se recorte un pequeño abanico al que llama “comida”. Y que eso se produzca, se distribuya y se legitime de determinada manera. Osea, tomar la alimentación como una práctica más de la cultura. Además, lo que se come cambia en el tiempo. Por ejemplo en nuestro tiempo llamamos “dieta sana” a una dieta rica en frutas y verduras y hace cincuenta años llamábamos dieta sana a una dieta llena de hidratos de carbono y proteínas animales.

Usos múltiples de la comida:

La comida sirve para seducir, para marcar el estatus de una persona, sirve como eje de relaciones sociales: los eventos políticos se marcan con un tipo de alimentación concreta. La comida marca las diferentes festividades. La gente en un velorio se sirve café y no champán.
 Es el hecho social de la comida. Hay una identidad alimentaria. En los inmigrantes es lo último que se pierde. Lo primero que hacen al llegar a un país es cambiar de ropa. Pero la comida no se toca, dentro de lo posible y con algunos cambios. Una manera de ver si un grupo se ha integrado a una sociedad no es ver si come lo que come la sociedad receptora, sino ver si la sociedad receptora ha adoptado algún alimento de este grupo.

Podemos concluir que la gente sesga sus elecciones alimentarias de acuerdo con lo que piense de su cuerpo, el concepto ideal y clasista de cuerpo, y el efecto de la alimentación en él. Los ideales difieren: los sectores de ingresos bajos quieren un cuerpo fuerte; los medios, un cuerpo lindo y los altos; un cuerpo, sano. Al fin y al cabo la alimentación es doble: uno se alimenta con nutrientes y con representaciones. Es por esto que la gastronomía incide en la cultura colombiana.

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